Decir frases como ″mi esposo me ayuda en casa″ o ″yo ayudo a mi esposa con los niños y la casa″… sigue siendo común, como si fuera responsabilidad de alguno en particular el cuidado de los hijos y la casa. Sucede que es una ardua tarea desprendernos de esta idea de los roles que diferencian los géneros en nuestros esquemas de pensamiento. Y es que, papá no está ″ayudando″ a mamá, está ASUMIENDO SU PATERNIDAD, que es el acto más importante y maravilloso que puede realizar en el transcurso de su vida.

Queda claro que la madre y el bebé tienen un vínculo especial que comienza a desarrollarse en el vientre y es más evidente durante los primeros meses, sin embargo, la figura del padre es igual de importante que la de la madre para el sano desarrollo de ese pequeño ser humano. Es por esto que resulta tan importante continuar cambiando esa imagen del padre proveedor y que ejerce autoridad, para lo que debemos empezar prestando atención y modificando nuestro lenguaje y emplear cambios en nuestros propios hogares.

Papá no ″ayuda″, papá cuida, protege, besa, abraza, alimenta, educa, se involucra con los seres más importantes de su vida que son sus hijos. Definitivamente, criar a un hijo es una tarea difícil para la que no todos están preparados, pero aun así algunos lo asumen como el reto más hermoso de su vida. Por lo tanto, una buena paternidad no es solo cuestión de género, sino de la persona.

Cada familia vive situaciones distintas y es su derecho decidir cómo dividir las tareas y responsabilidades, cuidando siempre ser equilibrados y que ambos padres puedan involucrarse en el desarrollo de los hijos, favoreciendo un ambiente armónico en el hogar.

Imagen: Alberto Montt